Antes de que haya transcurrido la mitad del siglo XXI, el hombre habrá puesto un pie en Marte. Y no es desde luego una tarea fácil, sobre todo dado que lo que se persigue con este nuevo hito de la exploración espacial es identificar un hogar alternativo para la humanidad.

Lo realmente complejo, después del largo viaje, será garantizar las condiciones de vida para la especie humana.

Por ejemplo en relación con las temperaturas… que en un agradable día de verano pueden alcanzar los 20 grados, pero que caen por la noche hasta cerca de los ochenta bajo cero.

O con la radiación. O con el viaje en sí mismo, en el que se emplean ocho meses, siempre y cuando se parta de la Tierra en un momento determinado de alineación de ambos planetas, que ocurre en un momento determinado cada dos años.

Decenas de equipos de investigadores en todo el mundo ya trabajan en soluciones para la adaptación a la vida de los humanos en Marte. De su trabajo han salido ideas como un deshumidificador que extraería el agua necesaria de la atmósfera marciana, en la que en muchas ocasiones la humedad relativa es del 100%.

También se trabaja en trajes antiradiación, en cultivos hidropónicos, en soluciones de vivienda que estarán construidas con estructuras hinchables o con ladrillos que incorporan polímeros, o incluso en sistemas para favorecer un calentamiento del planeta.

Pero sobre todo, nos fijamos en un sistema que ya es una realidad a nivel de prototipo y ensayos en laboratorio y cuyo objetivo es el de extraer oxígeno de la atmósfera de Marte.